La primera semana de julio se convirtió en la más caliente de la historia a nivel global, informaron estos lunes expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Gavin Schmidt, climatólogo de la NASA, admitió que se están observando cambios sin precedentes en todo el mundo, “las olas de calor que estamos viendo en Estados Unidos, Europa y China están arrasando récords a diestra y siniestra», añadió.
Mientras que la OMM, advirtió en un comunicado, que se “están batiendo récords tanto en la tierra como en los océanos”, con “impactos potencialmente devastadores en los ecosistemas y el medio ambiente”. Los tres días más calurosos jamás registrados se dieron la semana pasada, según Copernicus, el servicio climático y meteorológico de la Unión Europea. La temperatura mundial promedio alcanzó los 16,89 °C el lunes 3 de julio y superó los 17 °C por primera vez el 4 de julio, con una temperatura global promedio de 17,04 °C.
Parte del aumento de las temperaturas se deben al fenómeno de El Niño, que se desarrolla en el Pacífico tropical, y que es un patrón climático recurrente. Sin embargo, Michael Sparrow, director de investigación de la OMM, sostuvo que el calor en el Atlántico Norte no se vincula con El Niño, y es un fenómeno que está aún bajo investigación.
Por otro lado, Schmidt, aseveró que, “Lo que está sucediendo actualmente está aumentando las posibilidades de que también 2023 sea el año más caluroso jamás registrado en el mundo con una probabilidad de 50-50, si bien aclaró que otros científicos la sitúan en un 80 %”.
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