Un equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezado por Luis Cubeddu, Subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, y Raphael Espinoza, Jefe de la Misión para El Salvador, sostuvo una serie de reuniones en San Salvador entre el 5 y el 14 de diciembre de 2024. Al final de las conversaciones, se emitió una declaración conjunta donde se destacó un acuerdo técnico alcanzado entre las autoridades salvadoreñas y el FMI para la implementación de un programa económico en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF).
El acuerdo, que está sujeto a la aprobación final del Directorio Ejecutivo del FMI, tiene como objetivo la atención de las necesidades de balanza de pagos y el respaldo a las reformas estructurales del gobierno de El Salvador. El programa, de 40 meses de duración, contará con un financiamiento aproximado de 1.4 mil millones de dólares (equivalentes a 1,033.9 millones de Derechos Especiales de Giro, o el 360% de la cuota de El Salvador en el FMI). Esta iniciativa busca fortalecer la economía del país, especialmente en áreas clave como la estabilidad fiscal y la mejora de la situación externa.
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Además de los fondos proporcionados por el FMI, se espera que el programa sirva de catalizador para obtener apoyo financiero adicional de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros bancos regionales, incluyendo el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF). El paquete total de financiamiento global podría superar los 3.5 mil millones de dólares durante el período del programa, lo que aportaría recursos significativos para la recuperación y el fortalecimiento de la economía salvadoreña.
En términos de desempeño económico, El Salvador ha mostrado avances notables en su recuperación tras la pandemia, impulsada principalmente por las remesas y un repunte en el sector turístico. A pesar de ciertos choques climáticos que han tenido efectos negativos temporales, la situación de seguridad ha mejorado, lo que ha contribuido al fortalecimiento de la confianza económica. El déficit por cuenta corriente ha ido disminuyendo, mientras que la inflación ha registrado una baja adicional, beneficiada por la caída de los precios globales de las materias primas.
Por otro lado, las autoridades salvadoreñas han logrado una mejora gradual de la situación fiscal, con una reducción significativa en las necesidades de financiación a corto plazo, gracias a las operaciones de gestión del pasivo. Estos avances han sido clave para reducir los diferenciales soberanos, lo que refuerza la estabilidad financiera del país en el contexto internacional.
El programa acordado con el FMI no solo se enfoca en la estabilidad fiscal y externa, sino también en crear las condiciones para un crecimiento económico más fuerte e inclusivo. Aunque persisten algunos desafíos macroeconómicos y estructurales, las autoridades del FMI han reconocido los avances logrados por El Salvador y su capacidad para implementar las reformas necesarias. Así, este acuerdo representa un paso importante hacia el fortalecimiento de la economía del país y la mejora de su bienestar social.
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